Siempre que no existan contraindicaciones médicas, ya que aumenta la flexibilidad y el equilibrio, el método Pilates previene el dolor de espalda mediante el fortalecimiento del suelo pélvico y los músculos que soportan la columna vertebral.
Las sesiones de Pilates prenatal están orientadas hacia tres objetivos fundamentales, según Maite Villar:
Adaptación progresiva del cuerpo a las distintas etapas de gestación para evitar ciáticas y dolores musculares derivados del cambio de postura y del aumento de peso
Tonificación de aquellos músculos que más trabajarán durante el parto, para hacer de este momento algo natural y sencillo
Fortalecimiento de suelo pélvico y abdomen para conseguir una recuperación post parto rápida y eficaz, con las menores incidencias posibles
«En el caso de practicar Pilates con el bebé después del parto –explica Villar, matrona y especialista en esta disciplina– , permite crear un espacio para la mujer donde estimularle precozmente y reforzar el vínculo con él, mientras se recupera con el ejercicio».